La humedad por condensación sobre superficies como paredes y techos se produce cuando se condensa el vapor de agua existente en el ambiente del interior de las viviendas.

Este fenómeno (condensación) se origina por una diferencia de temperatura cuando la del interior de la vivienda es superior a la del exterior. Se forma en una superficie cuando su temperatura está por debajo del punto de rocío del aire que está en contacto con ella.

Este punto varía en función de la temperatura ambiental, incrementándose en las zonas más frías de las viviendas principalmente en paredes exteriores o de fachadas y en superficies no absorbentes como vidrios y espejos.

Lo más común es que la humedad se condense sobre cristales pero también puede hacerlo sobre techos o paredes frías. Se puede ver  muchas veces el vaho mismo sobre las superficies de cristales o podemos ver las consecuencias que este tipo de humedad provoca en paredes y techos: hongos y moho y un fuerte y desagradable olor a humedad.

También otros microorganismos imperceptibles como los ácaros se desarrollan y multiplican fácilmente sobre estas superficies húmedas. Estos microorganismos se propagan a través del aire y al ser inhalados pueden contribuir a desarrollar enfermedades respiratorias como resfríos, gripes, asma o alergias.

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